28.8.11

domingo... sin querer salir de cama...

ayer me dedique un rato a leer blogs que tenía meses, quizá casi un año, que no leía... me sorprendió agradablemente ver que la mayoría no ha claudicado frente a los 140 caracteres de TW... yo sí, me había dejado llevar por la idea de que se puede decir algo... y no, ahora veo que no, hay cosas para las que se ndecesitan muchas más palabras... no puedo, por ejemplo, hablar de la indignación que me produce ver en lo que se está convirtiendo mi país, relatar la impotencia que siento cuando veo al "presidente" continuar en su lógica belicista que se empeña en hablar de buenos y malos, escribir del miedo que me produce ver como todo eso que nos parecía tan lejano empiece a verse en lugares ya no tan lejanos... yo sigo pensando, y estoy convencido, que el problema no es el consumo de drogas, sino la manera de enfrentarlo... y la impotencia viene de saber que mi voz, como la de muchos más, no será escuchada... tampoco es que yo participe activamente de algún tipo de colectivo en favor de cualqueir cosa, sinceramente suelo pasar de las crónicas que nos relatan cómo este país se va a la mierda, ya sólo repaso los encabezados y me hago una idea... no tan errada, compruebo al día siquiente...

hoy domingo, tirado en cama, sin ganas de mucho y con toda una jornada de trabajo en el horizonte... no me encanta la idea, quisiera estar preparándome para ir a algún museo, recorrer la ciudad, comer en algún lugarcito no muy concurrido, entrar al cine y cenar por el barrio... pero no será... por dos motivos: debo freelancear más para poder vivir en números negros, y no quiero hacerlo solo ni con un amigo, ustedes entienden, ¿no? así que tendré que enforzarme un poco y meterme a duchar, que ya pronto llegará el chico que me ayudará durante el día...

no he abierto las cortinas, y Sabina y Teresa parecen disfrutar mucho esta semioscuridad y de tenerme tanto tiempo en su cama (me queda clara la relación de poder entre las gatas y yo), afuera los ambulantes desde temprano comenzaron con su música y los gritos de ¡paraguas, paraguas, lleve su paraguas!, cosa que no quitó el sueño ni mucho menos, rápidamente aprendí a convivir con tanto ruido... así que sigo metido en cama, en verdad no quisiera salir de aquí, pero no habrá de otra...

buenos días mundo...

No hay comentarios.: