1.1.09

llegué...

llegué al punto en que no hay nada, al vacio, a la carne... y sé, ahora, que este temor a creer, a mirar, a entender desde otro lugar era sólo un inmenso miedo a aceptar mi vaciedad... quizá sea el punto de partida, eso espero...

7 comentarios:

Yago dijo...

Ya ya ya, venga, no está vacío, salga y échese unos panquecitos de manzana y sonríale al nuevo año.

vanto y vanchi dijo...

El panquecito de manzana es buena idea, pero sospecho que esto tiene raíces profundas, de esos que los años nuevos y las lucecitas de navidad entrañan todavía más. De cualquier forma, una buena taza de café, un libro elegido al azar, y una canción de Damien Rice ayudan a bien-estar, y si no, siempre estamos los demás...aunque sea virtualmente.

Besos defeños,

Silencio dijo...

claro, siempre se debe empezar por alguna parte, y que mejor por el final ¿no?

pk dijo...

hueco?
así como en la panza o en el pecho?
na na na: es muy grave, se llama nostalgia del hombre moderno ;)
abrazo

Swirlies dijo...

vacuidad creo que es la palabra, querido junta.

Te doy un abrazo, de esos que se dan con ganas.

Erranteazul dijo...

Lo será querido, lo será. Boas festas!!!

B. Rimbaud dijo...

No llegaste, vas saliendo, el admitir la oquedad no es cualquier cosa...